¿A QUE SABE LA LUNA? 6n5w39



Haga mucho tiempo que los animales desearon descubrir en qué supo la luna. Sea blando o salobre? El bronceado sólo quiso probar uno pedacito. Para las noches, mirados ansiosos hacia el cielo. Estiraron y probados para tomarlo, alargando el cuello, las piernas y las armas. Quién no ha soñado en algún momento con darle uno mordisco en la luna? El este ha sido precisamente el deseo de los animales de este cuento. El bronceado sólo quiso probar uno pedacito pero, para más que estiraron , no fue capaz de tocarlo. Entonces, la tortuga ha tenido uno idea apacible: »Si subes tú en mi atrás, quizás logró la luna», le ha dicho en el elefante. 104wx